Iniciativa empresarial
Numerosos defensores de los estratos medios han hecho hincapié en el valor de este grupo como cuna de la iniciativa empresarial. Por el contrario, los detractores de los estratos medios latinoamericanos han señalado que este grupo no es tan emprendedor como sus homólogos de otros países. Por consiguiente, la capacidad emprendedora de los estratos medios latinoamericanos resulta una cuestión de interés (véase a continuación el recuadro 1.1).
Recuadro 1.1. La iniciativa empresarial y los estratos medios
La iniciativa empresarial constituye un poderoso motor del crecimiento económico, que espolea la ventaja comparativa de un país al crear puestos de trabajo y acelerar la innovación.14 Las personas con carácter emprendedor introducen productos y procesos innovadores en el mercado en situaciones en que las empresas ya implantadas están poco incentivadas para hacerlo. Cabe preguntarse, pues, si los estratos medios desempeñan un papel en el ámbito de la iniciativa empresarial.
Aun partiendo de la hipótesis de que el talento esté repartido uniformemente entre la población, existen razones para pensar en una respuesta positiva a la pregunta planteada. Por ejemplo, para crear una empresa, es necesario un cierto sustrato de fuentes materiales y humanas, lo que actúa en detrimento de la población más desfavorecida. Por otra parte, aunque los acomodados poseen efectivamente los recursos necesarios, tienen también muchos menos incentivos para correr riesgos, dado que se hallan ya en la cima de la distribución de la renta; claro que quizá tengan una situación acomodada precisamente porque son emprendedores. La causalidad puede actuar en cualquiera de los dos sentidos, y los datos de encuestas como los utilizados aquí no siempre pueden determinar qué factor condiciona al otro.
Con todo, la cuestión de partida puede someterse a una somera experiencia empírica recurriendo a las encuestas de Latinobarómetro. Estas encuestas, comparables entre países, ofrecen datos sobre las ocupaciones de los encuestados diferenciando entre cuatro tipos de trabajo no asalariado. Esto permite excluir de entrada a los agricultores, los trabajadores por cuenta propia y pequeños comerciantes –que serán principalmente “emprendedores por necesidad”–, y a las profesiones independientes o liberales, dado su carácter especial. Por desgracia, estas encuestas no contienen información sobre los ingresos, lo que permitiría identificar a los estratos medios recurriendo a la definición 50-150 utilizada en este capítulo; en su lugar, se recurrirá a la percepción del encuestador sobre el estatus económico del encuestado, basada en la calidad de la vivienda de éste y otras características. La gráfica 1.4 muestra, pues, los resultados de este estudio empírico, evidenciando la proporción media de dueños de negocios existente dentro de cada grupo socioeconómico en el periodo 1996-2008. De forma recurrente, en todos los países, el grupo de población más acomodado es el que cuenta con mayor porcentaje de emprendedores, y no los estratos medios.
Gráfica 1.4. Proporción de los dueños de negocios por grupos socioeconómicos (promedio de los años de encuestas 1996-2008)

Actitudes ante la iniciativa empresarial
Las encuestas de Latinobarómetro también recogen información sobre las actitudes ante la iniciativa empresarial y las oportunidades. Resulta interesante observar que no existen diferencias sistemáticas en la actitud ante la iniciativa empresarial entre los diversos estratos sociales; todos, por ejemplo, comparten la opinión de que la iniciativa empresarial resulta importante para el desarrollo, de la misma forma que una aplastante mayoría de los encuestados de cada una de las categorías de ingresos cree que los acomodados tienen más oportunidades que el resto de los ciudadanos en su país.
Gráfica 1.5. Percepción de las oportunidades de llegar a ser rico

Existe un aspecto en el que las opiniones difieren contrastadamente. La proporción de aquellos a los que la encuesta Latinobarómetro identifica como estratos medios que cree que existen oportunidades para que una persona que nace pobre llegue a ser rica trabajando duro es sustancialmente mayor que el porcentaje de los acomodados que cree lo mismo (gráfica 1.5), lo cual suscita varios interrogantes, a los que no podrá darse respuesta en su totalidad en la presente edición de Perspectivas. ¿Las sociedades latinoamericanas son meritocráticas, como parecen creer tantas personas de ingreso bajo y medio, o los encuestados son sencillamente exageradamente optimistas sobre las posibilidades reales de ascenso social? ¿Las deficiencias del mercado –escaso acceso al crédito o malas infraestructuras– están mermando las oportunidades de iniciativa de los emprendedores?