Aplicar las políticas abordadas hasta ahora implica financiarlas. La política fiscal — cómo se obtienen los ingresos y se atribuye el gasto — constituye el núcleo de la política pública y determina el equilibrio político de una sociedad. En una democracia, las preferencias de los votantes sobre la cuantía y el tipo de redistribución configuran importantes aspectos de la política fiscal que, a su vez, influye en la forma en que aquéllos perciben el nivel y la calidad de los servicios prestados por el sector público.

Aunque nunca meramente secundarias o técnicas, estas cuestiones resultan de especial relevancia para la mayor parte de los países latinoamericanos, donde, por lo general, el contrato social es extremadamente débil o, en ciertos casos, inexistente.1 En toda la región, esto se traduce en ingresos impositivos bajos en relación con el PIB; la consiguiente importancia para las arcas del Estado de los ingresos no tributarios, a menudo dependientes de los volátiles precios de los productos básicos; elevados niveles de evasión fiscal; y una estructura tributaria orientada hacia los impuestos indirectos. La mayoría de los Gobiernos de la región se ve incapaz de reunir los recursos necesarios para prestar un nivel de servicios públicos que garantice el desarrollo; al mismo tiempo, la calidad de servicios públicos tales como la educación o la salud es baja, no sólo comparada con los países de la OCDE, sino también respecto a otros países en desarrollo. Las tensiones que dimanan de la debilidad de este contrato social han pasado a situarse progresivamente en primer plano desde mediados de los años 1980, a medida que los países de la región han ido adoptando sistemas democráticos.

En este contexto, cabe preguntarse cuál es el papel de los estratos medios de la región en la configuración del contrato social y de la política fiscal: ¿sus integrantes demandan más protección social?, ¿están dispuestos a tributar más para financiar servicios públicos más numerosos y de mejor calidad? En este capítulo se examinarán estas cuestiones y, en concreto, la actitud de los estratos medios hacia la tributación y la redistribución. De igual modo, se estudiará la otra cara de la moneda, es decir, los efectos de las medidas fiscales en este grupo social en particular: ¿los estratos medios son contribuidores o beneficiarios netos?, ¿qué gastos e impuestos son más redistributivos? Un análisis detallado de la incidencia de los impuestos y las prestaciones en Chile y México arrojará cierta luz sobre estas cuestiones.

Entender mejor cómo se forman las percepciones sobre la función que desempeñan las medidas fiscales y cuáles son los efectos prácticos que dichas medidas producen en la distribución de la renta resulta fundamental para poder debatir con conocimiento de causa las alternativas de financiamiento y provisión de servicios esenciales de que dispone la región.