Reformas en los Sistemas Educativos
La educación constituye un derecho fundamental cuya realización tiene un papel decisivo en el desarrollo de los países, mediante la generación de mayor igualdad, inclusión social y el impulso de las capacidades necesarias para la incorporación del progreso técnico. La educación tiene efectos positivos directos sobre el bienestar económico y social, la productividad, el ingreso, el empleo y la competitividad. Por ello resulta esencial que el Estado impulse las reformas adecuadas a los sistemas educativos.
En este capítulo se presenta un panorama del estado actual de la educación en América Latina y el Caribe y se destacan los principales desafíos para el diseño y ejecución de reformas educativas. Se describen las tendencias en cuanto a cobertura, desempeño, equidad y gasto en educación en la región (sección 4.2); a continuación, se exponen las reformas recientemente puestas en vigor en los sistemas educativos de América Latina y el Caribe, con un análisis más detenido de cuatro aspectos fundamentales: descentralización, sistemas nacionales de evaluación, educación superior y gestión de docentes (sección 4.3), que concluye con recomendaciones de políticas educativas (sección 4.4). Es prioritario expandir la cobertura en educación secundaria para los jóvenes de familias de bajos ingresos; disminuir las brechas de conocimiento y facilitar el acceso a la educación terciaria; aplicar políticas de descentralización que eviten incrementar la desigualdad y transfieran recursos financieros, humanos y de gestión al nivel local; fortalecer los mecanismos e instituciones para asegurar la calidad de la oferta educativa, especialmente en el nivel terciario. Por último, se requiere también una evaluación y rendición de cuentas adecuada en lo relativo al rendimiento escolar y a la gestión y prácticas docentes.
La cobertura y el gasto en educación aumentaron en las últimas décadas en la región, beneficiando a sectores más vulnerables de la población que antes carecían de acceso a este servicio. Sin embargo, persisten retos importantes. Los avances en cobertura primaria permiten que América Latina y el Caribe se acerque al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pero aún existen grandes brechas en la educación secundaria y superior. Los sistemas educativos latinoamericanos requieren ampliar la cobertura y mejorar su calidad, eficiencia y desempeño: en términos de resultados educativos, los estudiantes latinoamericanos en pruebas como PISA (Programme for International Student Assessment) siguen rezagados respecto del resto del mundo, a pesar de los avances en años recientes.
La región continúa entre las más desiguales del mundo, tanto en términos de ingresos como de acceso y calidad de los servicios educativos. El contexto socioeconómico produce diferencias importantes en oportunidades de acceso y logros educacionales, que han aumentado en el caso de los niveles secundario y terciario. El nivel de ingreso constituye un factor relevante que explica la persistencia de la segmentación del acceso a servicios educativos de calidad. Con frecuencia, el sistema educativo refuerza las desigualdades de ingreso y oportunidades, perpetuando la inequidad social. El Estado dispone de un instrumento esencial para compensar las desigualdades de origen, permitiendo a las nuevas generaciones más opciones de movilidad ocupacional y revirtiendo la reproducción intergeneracional de las brechas sociales: construir un sistema educacional accesible para todos y de calidad en sus diferentes niveles1.
Las reformas educativas en América Latina y el Caribe han buscado reforzar elpapel social e inclusivo de la educación. Se han impulsado mejoras en la gestióny administración de los sistemas educativos, mediante la integración de nuevasmetodologías de enseñanza en los currículos escolares y lageneración de unvínculo más estrecho con el mercado de trabajo. En el nivel terciario, la educaciónlatinoamericana también ha sido objeto de reformas profundas en los últimos años,para dar respuesta a algunos de sus problemas seculares, como la cobertura y el financiamiento. En el presente se plantean nuevos retos a las universidades a partirde los cambios que ha experimentado el paradigma productivo y la mayor demandaasociada de conocimientos científicos y tecnológicos, que exigen el fortalecimiento dela capacidad de investigación aplicada y la coordinación con el sector producti