Los países de América Latina están avanzando en el aprendizaje del diseño y la aplicación de políticas de innovación y uno de sus principales desafíos es el fortalecimiento de las capacidades para su funcionamiento. La experiencia muestra que no solo es necesario un buen diseño de las políticas, sino que es necesario invertir en la creación de las capacidades, en todos los niveles de gobierno, para la gestión y puesta en vigor de los programas, especialmente cuando se introducen nuevas medidas de política pública. Entre los desafíos que enfrentan estos países se incluyen: corregir las fallas de coordinación; reducir la superposición de políticas; fortalecer su coherencia intertemporal y construir una sólida estructura de toma de decisiones para diseñar las instituciones y las políticas de CTI, así como robustecer la capacidad de gestión y evaluación de dichas políticas. Para que esto sea posible se requiere de policy makers (responsables de dictar políticas) altamente calificados y con vasta experiencia. Es posible identificar tres áreas en las cuales los países de la región han registrado avances:

  • La región está invirtiendo en mejores y nuevas capacidades de gestión para la implementación de los programas y la gestión de los instrumentos de política. La construcción y el fortalecimiento de las instituciones y de las capacidades domésticas necesarias para formular, ejecutar y evaluar las políticas de desarrollo productivo e innovación es un proceso de prueba y error, que requiere tiempo, recursos y una visión de largo plazo. En particular, el éxito o fracaso de las políticas e instrumentos que se apliquen en la consecución de un sistema más productivo e innovador está fuertemente condicionado por las capacidades de los que están a cargo del diseño y gestión de las políticas. E n la región existen experiencias en dar impulso a la formación y especialización de técnicos en la materia y con amplia experiencia en el desarrollo y ejecución de políticas de ciencia, tecnología e innovación que puedan diseñar nuevos instrumentos y dar seguimiento a los existentes. Una práctica interesante a nivel de fortalecimiento de capacidades a nivel subnacional es la Red Nacional de Política Industrial (RENAPI), que favorece el aprendizaje regional en políticas industriales en Brasil. Se trata de una iniciativa de la Agencia Brasileña de Desarrollo Industrial (ABDI) que consta de una red nacional de especialistas y responsables de política industrial cuyo objetivo es favorecer la regionalización de la política de desarrollo productivo. La red contribuye a crear un lenguaje común entre los participantes apoyando la formación de funcionarios responsables de políticas industriales y de I+D provenientes de todo el país. tro ejemplo es la Escuela de Gestores de Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación, organizada desde 2010 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPA L) con el apoyo de la Cooperación Alemana y de varios ministerios y agencias de ciencia, tecnología e innovación de los países de la región. Su principal objetivo es la formación de los agentes involucrados en la elaboración, seguimiento, evaluación y ejecución de las políticas de ciencia, tecnología e innovación, contribuyendo al fortalecimiento de las capacidades de los países en la materia, a la transferencia de conocimientos y experiencias y al reforzamiento de sus relaciones, así como a la identificación de actividades comunes15.
  • Los países de la región están dando pasos hacia la creación de espacios de discusión regional para enfrentar los desafíos comunes y avanzar en el aprendizaje de las políticas públicas. La creación de un espacio permanente para el diálogo de políticas permite avanzar en el aprendizaje en las políticas y de mejorar el posicionamiento de los países de la región en la economía mundial. Al mismo tiempo, responde a la creciente presión sobre los hacedores de políticas para mostrar la validez y la efectividad de las medidas de política propuestas en un contexto de restricciones presupuestarias elevadas y de una mayor transparencia (accountability) en los procesos de toma de decisión pública. El intercambio y la evaluación regular de prácticas e incentivos aplicados entre pares también contribuyen a la mayor transparencia de las políticas. En América Latina existe una capacidad acumulada de cooperación científica; sin embargo, es necesario la creación de mecanismos institucionales permanentes que viabilicen y apoyen la cooperación a nivel de políticas y estrategias. La diversidad y la complementariedad entre capacidades y características de los países de la región representa una ventaja de base para la generación de programas de investigación y formación conjunta. La voluntad de establecer mecanismos efectivos de cooperación científica responde a la voluntad de incrementar las sinergias y superar los límites nacionales en cuanto a escala de recursos humanos y financieros disponibles para la ciencia. S e registra en la región un número elevado de iniciativas de colaboración y diálogos de políticas de innovación que, no obstante, carecen de coordinación y que se beneficiarían de una generación de sinergias entre ellas. El panorama de las actividades de colaboración en materia de ciencia, tecnología e innovación en América Latina es variado. Se identifican al menos tres niveles complementarios para el diálogo de política. — Nivel ministerial, o de las más altas autoridades, que permite definir líneas estratégicas de colaboración internacional. — Nivel técnico de asesoramiento que implica reuniones de asesores principales de las más altas autoridades y que en general se focaliza en diálogos sobre los aspectos “tácticos” de la política, como por ejemplo el diseño de los mecanismos e incentivos para la ciencia, tecnología e innovación. — Nivel de la aplicación de las políticas. El diálogo entre gestores de programas e instrumentos de políticas cuya colaboración tiene como objetivo el intercambio de prácticas y experiencias en la fase de implementación de las políticas.
  • En tercer lugar, se destaca el avance en los sistemas de medición de la innovación y el fortalecimiento de capacidades de inteligencia estratégica para el análisis y el monitoreo del impacto de las políticas. Hay tres grandes áreas en las cuales los países de la región están avanzando y modernizando sus instituciones para la toma de decisiones en políticas de innovación:
  • La generación de sistemas de indicadores para la toma de decisiones: varios países han invertido en la creación de unidades dedicadas a la recopilación y difusión de indicadores de innovación en los ministerios o secretarias nacionales de innovación. Este avance se apoya también en una vasta modernización de los sistemas informáticos de los ministerios y de altas autoridades en materia de ciencia y tecnología, que han incrementado la transparencia y accesibilidad a los datos. Este avance se registra tanto en países grandes (Argentina y Brasil) como en países pequeños (Costa Rica y Panamá).
  • Las encuestas de innovación: en América Latina se está consolidando la experiencia en el desarrollo de encuestas de innovación16. En los países de la región, al igual que en los países de la OCDE , las encuestas de innovación son instrumentos relevantes para profundizar el conocimiento sobre la conducta innovadora a nivel de las empresas, evaluar los obstáculos a la inversión en innovación y determinar el impacto de las políticas públicas. Sin embargo, a diferencia de los países de la OCDE, en América Latina es necesario avanzar en la comparabilidad de las encuestas de innovación. Este proceso requiere de tiempo e inversión en el fortalecimiento institucional y se necesita de un dialogo entre hacedores de política, expertos e institutos de estadística. La comparación entre encuestas no es sencilla y requiere de esfuerzos de armonización17. E n América Latina esto es aun más complejo debido a que las encuestas siguen modelos diferentes (las de Brasil, Chile y México se realizan con base en el Manual de Oslo, mientras que las de Argentina, Colombia y Uruguay siguen el de Bogotá). Al tratarse de un fenómeno reciente en la región solo algunos países efectúan encuestas regularmente y las utilizan como retroalimentación en las políticas18 y la comparabilidad entre ellas es aún baja. En particular, solo Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Uruguay efectúan con regularidad las encuestas, mientras que México lo hace esporádicamente y Costa Rica, Panamá, Perú y República Bolivariana de Venezuela están recién sumándose a esta tarea.
  • Creación y/o fortalecimiento de instituciones para el análisis de datos y la toma de decisiones: invertir en la creación de capacidades de análisis de los datos para alimentar la toma de decisiones es importante. Al mismo tiempo, es necesario crear incentivos para utilizarlos en la evaluación y el rediseño de las políticas públicas. A diferencia de los países de la OCDE, los de América Latina se encuentran todavía en una fase incipiente en la creación de instituciones para el análisis de políticas. El más avanzando en esta materia es Brasil, donde el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA), afiliado a la Secretaria de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República, y el Centro de Gestión de Estudios Estratégicos (CGEE), afiliado al Ministerio de Ciencia y Tecnología, constituyen espacios institucionales para análisis de impacto y retroalimentación de las políticas públicas.