Aunque imperfectas, las mediciones estandarizadas de desempeño escolar han servido como herramientas para resaltar la relevancia del aprendizaje de los estudiantes. También existen medidas para los docentes. Por ejemplo, la Encuesta Internacional sobre Docencia y Aprendizaje (TA LIS), constituye una primera aproximación comparativa de las condiciones de enseñanza y aprendizaje entre docentes de educación secundaria de escuelas públicas y privadas39. Basada en información sobre las actitudes y prácticas de los docentes en 23 países (Brasil y México en América Latina), este instrumento ha permitido identificar factores para una enseñanza efectiva: el desarrollo profesional de los docentes, la importancia del reconocimiento para los profesores y otros factores que moldean el ambiente de aprendizaje en las escuelas40

Estudios de este tipo han permitido cuantificar, porejemplo, la concepción que tienen los directores de escuelas sobre el impacto deprácticas como el absentismo y la falta de preparación pedagógica de los docentesen la calidad de la educación. Destacan además la importancia de la satisfacción laboral, la cooperación y el desarrollo profesional para la generación de un ambiente de enseñanza efectivo. En evaluación docente existen diversas prácticas en América Latina, como la Carrera Magisterial, el nuevo sistema de evaluación universal en México, y el Sistema Nacional de Evaluación Docente (SNED) en Chile.

Los sistemas de evaluación, aunque han permitido comprender la dinámica de lossistemas educativos, requieren ser evaluados y perfeccionados. Hasta los añosnoventa, la medición sistemática del desempeño estudiantil y de la efectividadpedagógica era poco habitual en los países de la OCDE y de América Latina. En laactualidad, en cambio, la evaluación de las escuelas y de las prácticas docentes y directivas constituye una variable fundamental para garantizar la calidad de los sistemas escolares, en especial dada la proliferación de instituciones privadas, y se ha consolidado como una herramienta clave para la definición de políticas. Sin embargo, al igual que otros mecanismos de seguimiento, los sistemas de evaluación pueden tener efectos perversos, cómo las prácticas de enseñanza orientada a la evaluación (teaching to the test) y la modificación de currículos sin una visión de conjunto sobre los objetivos educativos, fraudes u otro tipo de irregularidades. Esta dimensión, de evaluación de la evaluación, debe continuar siendo considerada en la aplicación de los sistemas, para garantizar su fiabilidad.

Hace falta dar mayor difusión y transparencia a los resultados educativos. Este fenómeno, que puede explicarse por el progreso generacional (los jóvenes de hoy superan largamente el número de años de escolaridad de sus padres), denota cierta falta de atención a los indicadores de aprendizajes. Es necesario promover una cultura de la evidencia en América Latina que ayude a la identificación de los aspectos a mejorar y los mecanismos de apoyo requeridos, pero que a la vez reconozca los logros educativos que suceden en la escuela.

La responsabilidad (accountability) y transparencia son factores clave para el desempeño exitoso de los sistemas educativos. En los países donde las escuelas deben hacer públicos los resultados de su gestión, los establecimientos con mayor autonomía tienden a lograr un mejor desempeño; sin embargo, en países en donde estos dispositivos de transparencia no existen, el efecto es inverso41. Algunos países han puesto en marcha sus propios programas de evaluación escolar, como el Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Básica (SAE B, Brasil), el Sistema de Medición de Calidad de la Educación (SIMCE, Chile) y la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE, México). Existen también iniciativas regionales como el Laboratorio Latinoamericano de la Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE). Aunque estas evaluaciones utilizan diferentes enfoques, por ejemplo censales o muestras, han permitido un seguimiento más preciso y transparente del logro académico del alumno y su desempeño42. Además, el uso de sistemas nacionales de evaluación impacta en los niveles de equidad de los sistemas escolares. En escuelas donde el uso de sistemas de evaluación está más generalizado, el origen socioeconómico de los estudiantes tiene menor incidencia en el desempeño43. En definitiva, el buen funcionamiento de los sistemas educativos está también relacionado con su transparencia.

Los sistemas nacionales de evaluación no se limitan a los establecimientos escolares. Es lo que refleja la reciente puesta en marcha del Programa Internacional para la Evaluación de las Competencias de los Adultos (Programme for the International Assessment of Adult Competencies, PIAAC), que busca estudiar las habilidades de aprendizaje de la población adulta en los países de la OCDE y otros países asociados. Esta evaluación mide las habilidades cognitivas y competencias en el lugar de trabajo de adultos participando activamente en la sociedad y contribuyendo al desarrollo económico. El programa permitirá aproximarse a una determinación del acervo de capital humano en los países de la OCDE, y la distribución de habilidad entre la población según su actividad y educación. Los primeros resultados de este estudio estarán disponibles en 2013.