Evaluar el proceso de formulación de políticas con el propósito de identificar los cuellos de botella resulta esencial para que las políticas en el sector de transporte sean más eficaces. En este proceso se distinguen cuatro fases en materia de infraestructura en transporte: priorización y planeación, ejecución, operación y mantenimiento. En cada etapa es necesario considerar las evaluaciones y mecanismos de rendición de cuentas y supervisión de los proyectos. Una adecuada asignación de responsabilidades en cada etapa e integración de políticas en todo el ciclo del proyecto, así como su análisis técnico correspondiente, favorece la eficacia de las políticas públicas de transporte.

Durante el ciclo del proyecto, especialmente en la etapa de priorización y planeamiento, el sector transporte enfrenta diferentes obstáculos en la región. En esta fase suele haber baja capacidad técnica para el diseño adecuado de proyectos y de un marco de referencia que facilite la aplicación de las políticas. Los policymakers consideran menos relevantes otros obstáculos, como la influencia de más actores, la superposición de las mismas instituciones en diferentes etapas, la participación limitada de la ciudadanía y una lenta disponibilidad de recursos (véase Recuadro 5.1)7.

Sin embargo, en algunos países la aplicación de los sistemas nacionales de inversión pública ha intentado poner en marcha mejoras en la selección y evaluación de los proyectos. Junto con los avances en la calidad de las finanzas públicas, laasignación de recursos ha procurado robustecer el desarrollo y fortalecimiento de os sistemas de evaluación de programas e inversiones públicas. Es posible reducir las ineficiencias del gasto público en infraestructura promoviendo la coordinación entre planes estratégicos institucionales que consideren las sinergias de distintos proyectos públicos o privados (véase Recuadro 5.2).

Es necesario mejorar la selección de obras y establecer un adecuado balance entre aquellas nuevas y el mantenimiento de las existentes. Diversos análisis efectuados a la formulación de políticas de transporte en varios países de la región destacan los retos de mejorar el proceso de selección de obras y la calidad de las vías en América Latina8. El costo global de transporte, inversión y mantenimiento es entre tres y siete veces menor en el caso de una carretera de conservación óptima en comparación con otra en la que no se hace conservación9.

Los problemas de inconsistencia dinámica —definida como el incentivo a cambiar las reglas de juego iniciales— tienen un impacto en la eficiencia del sector de infraestructura de transporte. El ciclo político puede incentivar la licitación de proyectos pobremente preparados, generando sobrecostos y atrasos que afectan drásticamente la rentabilidad ex post de los proyectos10. Además, la escasez de recursos profesionales puede motivar a las autoridades a privilegiar las obras nuevas en vez de la conservación, porque permitirían obtener mayores dividendos políticos. Con el fin de evitar estos problemas y asegurar recursos para el mantenimiento vial, algunos países han elevado la rigidez presupuestaria.

Las fallas de inconsistencia dinámica pueden ser abordadas mediante el desarrollo de instituciones que amplíen el horizonte de la toma de decisiones públicas11. En la medida que exista una evaluación independiente de los niveles de servicio comprometidos por los servicios públicos se reduce el sesgo de la inversión pública en contra de la conservación y mantenimiento de la infraestructura. En el caso de algunos países centroamericanos se establecieron fondos de conservación de infraestructura con los recursos recaudados por el impuesto a los combustibles. No obstante, en casi todos estos esquemas ha sido difícil mantener el diseño original debido a la falta de incentivos apropiados.

Al inicio del proceso de identificación y definición del proyecto es fundamental evaluar diversas alternativas y variantes a nivel de perfil y prefactibilidad. Es necesario identificar las posibilidades de satisfacción de demanda en una primera etapa, de menores costos, antes de avanzar a la fase de factibilidad técnica y económica, que tiene costos más elevados. Al seleccionar la mejor opción se avanza hacia la fase de factibilidad social, en la que el uso del principio de la comodalidad debiera guiar la acción pública, entendido este como el uso de un modo o combinación intermodal para un viaje o grupo de viajes, de personas o mercancías, que maximiza la eficiencia de uno o varios trayectos. 

La comodalidad constituye un elementocentral en una estrategia de cambio modal, la que forma parte de una políticaintegrada y sostenible de logística y movilidad12. Esta evaluación debe considerar como beneficios los ahorros efectivos de recursos económicos, incluyendo el menor tiempo de traslado de los usuarios, valorado dependiendo del motivo del viaje, así como la incorporación de las externalidades negativas. Si el proyecto es rentable en términos económicos y sociales, se deben evaluar las diferentes alternativas de materialización, sea como obra pública, concesión integrada o una combinación de ambas en algunos de sus componentes de infraestructura y servicios, teniendo presente la sostenibilidad de la solutiones.

Box 5.1

La formulación de políticas de infraestructura vial en América Latina

El proceso de formulación de políticas públicas (policy making process) en transporte es complejo y poco eficiente. En general, en la región se registra un fuerte atraso en transporte vial en relación con otras regiones de similares características económicas. Su causa principal parece ser la percepción de una alta debilidad institucional en este sector con respecto de otras infraestructuras. En particular esta característica es notoria en la infraestructura de transporte en Colombiaa.

La falta de priorización y planeación, los problemas de información que dificultan el seguimiento y las evaluaciones, así como la debilidad de coordinación vertical y horizontal disminuyen la efectividad de las políticas en transporte. Para identificar los cuellos de botella en cada etapa del proceso de formulación de políticas públicas de infraestructura en transporte vial es fundamental disponer de información cuantitativa (datos oficiales e investigaciones anteriores) y cualitativa (entrevistas a funcionarios y a ex funcionarios y analistas). Se destacan las siguientes fallas:

1) Falta de planeación y priorización que se manifiesta en la construcción de obras sin análisis preliminares, en la contratación de estas sin diseños definitivos, licencias ambientales, ni estudios de suelos adelantados, a menudo sin tener la propiedad de los terrenos que serán intervenidos. Esto provoca atrasos en las obras y que superen sus costos inicialmente presupuestados. Además, muchos países carecen de un sistema nacional de inversiones que establezca la evaluación social de proyectos como requisito obligatorio previo a la ejecución de inversiones.

2) Problemas de información, que dificultan el seguimiento y las evaluaciones. En general, los proyectos son formulados sin metas físicas (como kilómetros intervenidos), lo que impide un seguimiento a la ejecución; no existe un inventario de las vías existentes, ni de su estado actual, en especial de los tramos secundarios y terciarios, lo que imposibilita contar con estimaciones de costos por kilómetro y obstaculiza los análisis de costo y beneficio que requieren nuevas obras en comparación con el mantenimiento.

3) P roblemas de coordinación. Las debilidades institucionales afectan las reglas de juego del proceso de formulación de políticas públicas de infraestructura vial: no existen reglas que favorezcan el desarrollo del transporte multimodal (por ejemplo, parte del transporte fluvial es independiente del Ministerio de Transporte) y no están definidas claramente la responsabilidad y la disponibilidad de recursos públicos destinados a infraestructura vial en los diferentes niveles de gobierno (nacional, departamental y municipal).

a N ieto-Parra, Olivera y Tibocha (2011).

Box 5.2

El auge de la inversión pública en el Perú: los beneficios de mejores reglas y un sistema nacional de inversión pública

La inversión pública en el Perú ha crecido de forma sostenida en estos últimos años. Si bien durante los años noventa alcanzó niveles similares, se financió en gran parte en déficits fiscales y estuvo acompañada por altos niveles de endeudamiento público. En los inicios de 2000, este escenario cambió radicalmente, cuando la inversión pública cayó a niveles inferiores al 3,0% del PIB. La Ley de Prudencia y Transparencia Fiscal (LPTF) de 1999 estableció límites al déficit fiscal del sector público consolidado, el gasto público y la deuda total del sector público consolidado. Además, se creó el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), un mecanismo administrativo del Estado que a través de un conjunto de principios, procedimientos y normas técnicas busca mejorar la eficiencia de la inversión en el Perú, certificando la calidad de los proyectos de inversión pública.

En este escenario, entre 2000 y 2006 la inversión pública cayó entre 1,5 y 2,0 puntos porcentuales del PI B en comparación a los niveles de la década anterior, como consecuencia de la puesta en marcha de las restricciones fiscales de la LPTF y de la creación del SNIP , que disminuyó la ejecución de un porcentaje importante de proyectos de inversión que anteriormente se efectuaban sin evaluación socioeconómica previa. Los ingresos extraordinarios provenientes del boom en precios de las exportaciones mineras y un creciente desendeudamiento público permitieron mejorar las cuentas públicas y dinamizar el proceso de inversión. Además, en 2006 el límite al gasto público se modificó para excluir gastos de mantenimiento de infraestructuras y en 2007 comenzó a aplicarse solo sobre el consumo público. Así, la inversión pública no se enfrenta a restricciones presupuestarias excepto por el déficit fiscala. Con este nuevo marco fiscal, en 2009 y 2010, se aplicó el Plan de Estímulo Económico, enfocado en la infraestructura, que permitió un crecimiento de la inversión pública que llegó al 6,0% del PIB en 2010. Estos niveles de inversión deberían mantenerse hasta 2013, según lo previsto en el Marco Macroeconómico Multianual aprobado por el Ministerio de Economía y Finanzas.

a Carranza, Daude y Melguizo (2011).