Vivienda propia y acceso a los servicios financieros
El que alguien sea o no propietario de su alojamiento está estrechamente ligado al acceso a los servicios financieros, dado que el crédito es, por lo general, la forma de financiamiento tradicional de este tipo de adquisiciones.
El acceso financiero se relaciona a su vez con ciertos aspectos del funcionamiento del sistema macroeconómico. Normalmente, un mayor grado de acceso financiero corre parejo a unos ingresos per cápita más elevados. Sin embargo, sea cual sea el indicador de desarrollo financiero empleado –por ejemplo, la proporción de créditos o de depósitos en el PIB–, América Latina obtiene sistemáticamente precarios resultados en comparación con los países de la OCDE e incluso con otros países en desarrollo. Son numerosos los factores que se han barajado para explicar este fenómeno: escasa confianza en el sector bancario, limitada capacidad de ahorro de los hogares, insuficiente penetración bancaria, inadecuada competencia, ineficacia general o elevados costes de intermediación. Es innegable, además, que existe un problema de educación financiera en gran parte de la población latinoamericana, que desconoce las ventajas (y los costos) de los servicios financieros. Por último, a nivel institucional, las deficiencias del marco normativo socavan también el acceso al sector bancario, en el que se registra poca competencia en la mayoría de los países.15
Al facilitar el acceso a la propiedad, el mercado hipotecario ofrece un verdadero servicio a los consumidores de los estratos medios. Además, este servicio debería constituir igualmente una atractiva oportunidad para los bancos de América Latina, dado que las hipotecas recaen sobre un bien no transable. Y sin embargo, este mercado no está respondiendo a las necesidades de la gran parte de los hogares del subcontinente. Los cuadrados blancos de la gráfica 1.6 muestran que, en Chile, México y Perú, cerca del 80% de los hogares en promedio no dispone de préstamos hipotecarios del sector financiero.
Gráfica 1.6. Acceso al sector financiero por categorías de ingresos (proporción de los hogares con préstamos para la adquisición o la mejora de bienes inmuebles)

En México y Perú, más de la mitad de los hogares acomodados utiliza el mercado hipotecario frente a menos del 5% en el caso de los hogares desfavorecidos. En Chile, por su parte, la diferencia es menor: el 20% de los hogares desfavorecidos y el 30% de los acomodados recurren al sector financiero para actividades hipotecarias. En el promedio de estos tres países, cerca del 80% de los hogares sin acceso a las hipotecas son de estratos desfavorecidos o medios.16
¿Qué extensión tiene, pues, la posesión de vivienda propia en América Latina? Sistemáticamente, más de la mitad de los hogares posee su propio alojamiento, desde un 53% en Colombia a más del 80% en Perú (gráfica 1.7). Menos del 10% de los hogares latinoamericanos está pagando un préstamo hipotecario (indicado en esa gráfica mediante cuadrados blancos), pero, de ese 10%, cerca de la mitad está constituido por hogares acomodados.
Gráfica 1.7. Posesión de bienes inmuebles en América Latina por categorías de ingresos
