Notas

Banerjee y Duflo (2008); Ravallion (2009); Kharas (2010); Birdsall (2010).
Kharas (2010) estima que, en 2020, más de la mitad de la clase media mundial –según su definición de la clase media, que engloba a los hogares con rentas diarias comprendidas entre 10 USD y 100 USD a paridad de poder adquisitivo– será asiática, con una gran parte de ella concentrada en China y la India.
Easterly (2001). Este autor equipara a la clase media con las personas que se hallan en el segundo, tercero y cuarto quintil de la distribución de la renta; los países en los que este grupo gana una proporción mayor de la renta nacional cuentan con una clase media más robusta. Este documento se integra en un vasto conjunto de estudios empíricos dedicados a los efectos adversos de la desigualdad sobre el crecimiento, que encierran la idea de que la envergadura de los estratos medios es inversamente proporcional al nivel de desigualdad de las rentas de una economía dada. Bénabou (1996, 2005) pasa revista a gran parte de esta profusa literatura científica.
Johnson (1958). La reacción a la optimista tesis de Johnson tendía a conceder a los estratos medios un papel progresista en la lucha contra las oligarquías a principios del siglo XX, pero aducía que, posteriormente, aquéllas se alinearon con las élites y, después de 1964, con las dictaduras militares; véase Pike (1963) y Hoselitz (1962) al respecto. Para una perspectiva general, las diversas escuelas de pensamiento relacionadas con el papel de la clase media y su situación en el contexto latinoamericano, véase Adamovsky (2009) para Argentina, Barr-Melej (2001) para Chile, Owensby (1999) para Brasil, y Parker (1998) para Perú.
En estas mediciones, la renta per cápita de los hogares está “equivalizada”, a fin de permitir comparar hogares de tamaño y estructura diferente. A efectos de las estadísticas consignadas en la presente obra, las ponderaciones para los hogares “equivalizados” o ajustados por tamaño son las siguientes: se asigna la ponderación de 1 a la renta del jefe de hogar; 0.5 a cada adulto adicional; y 0.3 a cada persona de 14 años de edad o menos. Ésta es la “escala de equivalencia modificada de la OCDE”, adoptada, entre otras instituciones, por la Comisión Europea. Entre otras escalas utilizadas en comparaciones internacionales, cabe destacar asimismo la que emplea la raíz cuadrada del tamaño del hogar (usada en numerosos estudios de la OCDE de los años 1990). En la práctica, la diferencia que supone la elección de uno u otro de estos esquemas de ponderación es pequeña. Véase Castellani y Parent (2010) para mayor información.
Ravallion (2009), y Banerjee y Duflo (2008). Ambos estudios hablan de “clase media” en lugar de “estratos medios”; por razones que se expondrán más adelante en este capítulo, preferimos referirnos a este grupo como “estratos medios” y no como “clase media”.
Nuestra definición sigue en gran medida el espíritu de la definición clásica del economista del MIT Lester Thurow (1987), que definió a los estratos medios de Estados Unidos como el grupo con ingresos comprendidos entre el 75% y el 125% de la mediana de los ingresos.
OCDE (2008). A fin de evaluar la robustez de los resultados del estudio, los autores compararon las líneas de pobreza establecidas en el 40%, 50% y 60% de la mediana de los ingresos de los hogares. Véase asimismo Chauvel (2006). Este tipo de línea de pobreza relativa no suele utilizarse con frecuencia en el análisis de los países en desarrollo de ingreso bajo, aunque Birdsall et al. (2000) constituyen una importante excepción.
Brandolini (2010) explora más exhaustivamente las cuestiones empíricas y conceptuales que rodean a las mediciones relativas y comparables a escala internacional de los estratos medios.
Estos diez países representaban el 82.2% de la población total de los 20 países latinoamericanos en 2006, según CEPAL (2010), y el 80.3% de la población de los 46 países y territorios de América Latina y del Caribe. En el conjunto de los diez países latinoamericanos de la gráfica 1.1, el número total de personas de los estratos medios en 2006 era ligeramente inferior a 214 millones. Teniendo en cuenta el crecimiento demográfico y suponiendo que el porcentaje medio de hogares de estratos medios es el mismo en los países no reflejados en esta gráfica, un cálculo aproximado parece indicar que la magnitud de este grupo social en América Latina y el Caribe en 2011 será de 275 millones. Dada la definición relativa de los estratos medios adoptada, con diferentes umbrales de ingresos en cada país, sumar los estratos medios de todos los países de esta forma equivaldría a sumar manzanas y naranjas.
OCDE (2008, cap. 2).
El cuadro 1.A1 del anexo estadístico estudia este particular en desfavorecidos, estratos medios y acomodados.
Nuestra medición del empleo público basada en la categoría “servicios del Estado, educación, salud” de las encuestas de hogares puede ser inexacta, por dos razones. Primero, esta misma categoría puede incluir a trabajadores en educación y salud del sector privado, por lo cual la proporción tendería a sobre-estimar el empleo público. Segundo, quienes trabajan en empresas del sector público en industria, transporte o comunicaciones se contabilizan en estos sectores, y no en servicios del Estado, así que dicha categoría tendería a subestimar el empleo público.
Véase Acs (2006) para la distinción entre “iniciativa empresarial por oportunidad” (“decisión activa de crear una empresa inspirada por la percepción de que existe una oportunidad de negocio inexplotada o infraexplotada”) e “iniciativa empresarial por necesidad”, común en los países en desarrollo, pero con escasas externalidades para el desarrollo económico. Para mayor información sobre los vínculos entre iniciativa empresarial, creación de puestos de trabajo y economía basada en el conocimiento, véase Audretsch y Thurik (2001), Audretsch (2002), y Agarwal et al. (2008). Sobre la iniciativa empresarial y el crecimiento económico, consúltese Audretsch (1995), Hopenhayn (1992) y Klepper (1996).
Por ejemplo, en Bolivia, Brasil, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay, más del 60% del total de activos está en manos de los tres principales bancos comerciales. Véase Beck et al. (2000, actualizado en noviembre de 2008), y Micco y Panizza (2005).
Para otros países, se obtienen resultados similares a partir de encuestas de hogares en relación con otros aspectos del sector financiero. Por ejemplo, en Colombia, más del 90% de la población carece de tarjeta de crédito; de ese grupo, el 80% pertenece a los estratos desfavorecidos o medios.
OCDE (2010).
Este párrafo resume lo planteado en Marcel (2009), cuyo análisis de los datos chilenos se basa en las encuestas CASEN. Por su parte, Torche y López Calva (2010) recurren a datos de encuestas de panel para analizar la movilidad intrageneracional de los estratos medios chilenos y mexicanos.
Torche (2009) sintetiza las estimaciones disponibles sobre movilidad intergeneracional basadas en datos de encuestas retrospectivas en América Latina.
Foster et al. (1984) desarrollan la gama completa de índices de la brecha de pobreza.
Véase Elster (1986), sobre Marx; Weber (1958); y Erikson y Goldthorpe (1992). Véase asimismo Chauvel (2006, cap. 1) para un examen más detallado de la relación entre la mediana de los ingresos y la clase media desde un punto de vista sociológico.
“Si a la estrangulación del consumo sumamos la liberación del espíritu de lucro de todas sus trabas, el resultado inevitable será la formación de un capital como consecuencia de la coacción ascética al ahorro”, Weber (1905, capítulo 5). Véase Acemoglu y Zilibotti (1997), así como Doepke y Zilibotti (2005, 2008) para un análisis económico de estos argumentos. Banerjee y Duflo (2008), por su parte, usando una definición de la clase media basada en los ingresos, consideran con escepticismo la evidencia de que la clase media de los países en desarrollo arrojen índices de iniciativa empresarial superiores a la media.
Este recuadro ha sido redactado por Eduardo Lora, con base en Fajardo y Lora (2010).
Eisenhauer (2008) ha resumido varias encuestas en Estados Unidos, según las cuales quienes se autoproclaman parte de la clase media representan del 50% al 80% de la población.
Éste es el tema de la fascinante historia de Parker (1998) sobre la clase media peruana.
La gráfica 1.10 se ha elaborado para los ocho países incluidos en las “Notas de Países” preparadas para esta obra; se trata de los ocho países latinoamericanos y caribeños miembros del Comité Director del Centro de Desarrollo de la OCDE. Estos países suelen tener una renta per cápita superior al promedio de la región. Muchos de los países no incluidos en la gráfica 1.10 mostrarían probablemente una relación entre la línea de la pobreza extrema y el 50% de la mediana de los ingresos más bien parecida a la que exhiben México y la República Dominicana en esa gráfica.

Referencias

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