Nuestra definición 50-150 de los estratos medios aporta valiosa información sobre la desigualdad en un país. La existencia de unos nutridos estratos medios, según esta medición, implica que una gran proporción de la población total se halla a una distancia razonable de la mediana de los ingresos; por el contrario, unos estratos medios reducidos significan que hay más hogares en los extremos de la distribución de la renta, probablemente en el número de los desfavorecidos. Este apartado se centrará más detalladamente en la distribución de la renta en una selección de países latinoamericanos, inspirándose en parte en la necesidad de contar con mayor información sobre las perspectivas de movilidad social.

Si unos estratos medios abultados y económicamente pudientes contribuyen al bienestar social, entonces la movilidad social se convierte en un objetivo político de relevancia. La movilidad social se examina a menudo en términos de movilidad intergeneracional, esto es, comparando el estatus socioeconómico de padres e hijos.17 Dicha movilidad es el producto de varios componentes, que van desde las capacidades heredadas y el contexto social a factores ambientales, estos últimos configurados por las políticas que determinan el acceso a la formación de capital humano, como el respaldo público a la educación en todos sus estadios, y por las políticas redistributivas, tales como los sistemas tributarios y de transferencias, que pueden influir en el acceso a la educación superior. Estas cuestiones se pormenorizarán en los próximos capítulos de la presente publicación.

Pese a su exhaustividad, las encuestas nacionales de hogares reflejan escasamente la movilidad social. Para examinar este fenómeno adecuadamente, son necesarios datos de panel, generados por encuestas que recopilan reiteradamente información del mismo conjunto de hogares durante varios años. Tales datos pueden mostrar que ciertos hogares desfavorecidos se convierten en estratos medios o que ciertos hogares de los estratos medios pasan a engrosar el número de los desfavorecidos, y aportar información sobre la forma en que numerosos hogares de los estratos medios conservan su estatus durante un periodo de tiempo dado.

Se dispone de datos de panel de este tipo para Chile (1996, 2001 y 2006), y su estudio indica que, en este país, se registra una notable movilidad, tanto ascendente como descendente, lo que evidencia que existen tanto oportunidades como riesgos.18 Por ejemplo, el 55% de los hogares que eran pobres en 1996 no lo eran ya en 2001, mientras que el 11% que no lo era en 1996 había caído en la pobreza en 2001 (las líneas de pobreza utilizadas en este análisis no coinciden necesariamente con el 50% de la mediana de los ingresos, el umbral empleado en esta edición de Perspectivas). Los datos desvelan también que existe un grupo de hogares pobres relativamente inmóvil, excluido, al parecer, de las oportunidades de progreso social.

Por desgracia, tales datos de panel rara vez están disponibles. Una alentadora alternativa está constituida por los datos retrospectivos, que provienen de encuestas en las que se interroga a los encuestados sobre el estatus socioeconómico de sus padres, lo que aporta al menos cierta información sobre la movilidad intergeneracional.19

Comparar simplemente la magnitud de los estratos medios de una ronda de una encuesta a la siguiente es sustancialmente menos satisfactorio, ya que esto no refleja la remodelación interna de la distribución de la renta, algo que puede ser sustancial y sin duda resulta relevante para el bienestar de los directamente interesados. Si los estratos medios aumentan, por ejemplo, del 40% al 45% de la población entre dos encuestas de hogares, y al mismo tiempo la población desfavorecida disminuye precisamente 5 puntos porcentuales, resulta tentador, pero falso, concluir que un 5% de la población ha dejado atrás sus condiciones poco favorables y se ha incorporado a los estratos medios. En realidad, puede ser que numerosos hogares de estrato medio hayan caído en el estatus desfavorecido, pero que muchos más hogares desfavorecidos se hayan alzado al rango de estrato medio, o que se haya producido un considerable vaivén a través del umbral que separa a los estratos medios de los acomodados. Pese a todo, cabe reconocer que estas comparaciones en el tiempo tienen la ventaja de poder calcularse fácilmente a partir de los datos disponibles y permiten sacar cuando menos algunas conclusiones.

Medición de la movilidad y la resistencia

Antes de pasar a examinar los datos de movilidad, merece la pena analizar primero la "cercanía" de los desfavorecidos con los estratos medios, así como la de éstos con su límite definitorio inferior constituido por el 50% de la mediana de los ingresos. Unas mediciones precisas de estas nociones de cercanía son útiles en dos sentidos: por una parte, reflejan crudamente las posibilidades de movilidad social y, por otra, arrojan luz sobre el grado requerido de intervención de los actores políticos si éstos desean que su actuación sea efectiva.

Para ello, se han calculado dos indicadores de movilidad social: el "índice de potencial de movilidad de la población desfavorecida" (PMD) y el "índice de resistencia de los estratos medios" (RES). El PMD mide la distancia media de los ingresos de las personas desfavorecidas con el umbral del 50% del ingreso mediano, es decir, lo cerca que están quienes viven en condiciones poco favorables de entrar en los estratos medios. El PMD tiene valores de 0 a 1: un valor de 1 representa una brecha media de ingresos pequeña en relación con el umbral de los estratos medios y, por tanto, un mayor potencial de movilidad social ascendente. Por el contrario, un valor de 0 indica que la distancia media de los ingresos de los hogares desfavorecidos es grande.

Por su parte, el RES evalúa la distancia media por encima del 50% del ingreso mediano en aquellos hogares de los estratos medios que ganan menos del 100% de dicha mediana, es decir, lo que podría clasificarse como "estratos medios bajos". El RES es el reflejo inverso del PMD, ya que calcula qué revés económico sería necesario para arrastrar a los estratos medios bajos al rango de sectores desfavorecidos. Estos reveses pueden adoptar formas variadas, muchas de ellas sobradamente conocidas en los hogares del mundo en desarrollo: una enfermedad, un accidente, un fallecimiento en la familia, desempleo o una catástrofe natural, por ejemplo. También el RES tiene valores que van de 0 a 1, donde 1 implica un menor riesgo de sumarse a los segmentos desfavorecidos de la población o, en otras palabras, una mayor resistencia para permanecer en la categoría de estratos medios. El recuadro 1.2 detalla la definición y el cálculo de estos índices.

Si se comparan varios países latinoamericanos, Uruguay, el país con los estratos medios más abundantes de la región, ostenta el valor de PMD más elevado (gráfica 1.8); en relación con los otros países descritos, la población uruguaya desfavorecida es pues la que "más cerca" se encuentra de atravesar el umbral que la separa de los estratos medios. Por su parte, puede parecer sorprendente que Argentina, con unos estratos medios relativamente nutridos, presente el valor de PMD más bajo, lo que significa que la población argentina desfavorecida, pese a estar menos presente que en otros países latinoamericanos, tiene menos posibilidades de incorporarse a los estratos medios; en este sentido, la configuración de la distribución de la renta en Argentina se asemeja a la de Bolivia, aunque centrada en un ingreso mediano considerablemente más alto.

Recuadro 1.2. Indicadores de potencial de movilidad

El “índice de potencial de movilidad de la población desfavorecida” (PMD) se ha calculado de la forma siguiente. Para un país dado, se ha calculado primero la diferencia entre el ingreso de un hogar desfavorecido y el 50% del ingreso mediano de ese país, lo que traduce la distancia entre el ingreso real y el mínimo necesario para pertenecer a los estratos medios según nuestra definición 50-150. En segundo lugar, se ha sumado esa diferencia para todos los hogares desfavorecidos. Por último, se ha dividido la diferencia agregada por el ingreso total que ganarían todos los hogares desfavorecidos si cada uno de ellos recibiese exactamente el 50% del ingreso mediano. La fórmula algebraica es:

donde: M1 = número de personas del grupo desfavorecido (rentas inferiores al 50% de la mediana); ym = ingreso mediano; yi = ingreso del iº hogar; wi= ponderaciones.
El PMD es una variante de los índices estándar de medición de la brecha de pobreza, que no sólo pretenden medir la incidencia de la pobreza, sino también su profundidad. Este índice puede interpretarse como la distancia media entre los hogares desfavorecidos y el umbral inferior de los estratos medios.20
El “índice de resistencia de los estratos medios” (RES) evalúa la distancia media entre los ingresos de los hogares de los estratos medios que ganan entre menos del ingreso mediano y el 50% de dicha mediana. Se ha empleado la siguiente fórmula:

donde: M2 = número de personas de los estratos medios bajos (rentas entre el 50% y el 100% de la mediana); ym = ingreso mediano; yi = ingreso del iº hogar; wi= ponderaciones.
Automáticamente, puede elaborarse de la misma forma un índice para valorar la facilidad con que los hogares de los estratos medios con ingresos superiores a la mediana de los ingresos (o estratos medios altos) pueden integrarse en las filas de los acomodados. Y así, puede calcularse del siguiente modo un “índice de potencial de movilidad de los estratos medios” (PMEM):

donde: M3 = número de personas de los estratos medios altos (rentas entre el 100% y el 150% de la mediana); ym = ingreso mediano; yi = ingreso del iº hogar; wi= ponderaciones.
Cuanto más se acerque el valor de PMEM a 1, menor será la distancia que separe al ingreso promedio del límite inferior de los acomodados y, por lo tanto, mayor será el potencial de los estratos medios altos para venir a sumarse a aquéllos.
Por último, el “índice de cohesión de los estratos medios” (COH) refleja la distancia media a la que se encuentra este grupo social de la mediana de los ingresos como proporción de dicha mediana. El promedio se calcula sobre la población total de los estratos medios, según la siguiente fórmula:

donde: M4 = número total de personas de los estratos medios (rentas entre el 50% y el 150% de la mediana); ym = ingreso mediano; yi = ingreso del iº hogar; wi= ponderaciones
COH es una medida aproximada de la dispersión de los ingresos de los estratos medios. Un valor cercano a 1 implica que las rentas se concentran cerca de la mediana y que, por consiguiente, existe una mayor cohesión de este grupo.

Véase Castellani y Parent (2010) para mayor información sobre estas mediciones y un panorama general de la evolución de la movilidad entre categorías sociales en el tiempo.

Gráfica 1.8. Indicadores de potencial de movilidad social en América Latina (hogares, 2006)

Gráfica 1.8. Indicadores de potencial de movilidad social en América Latina (hogares, 2006)

Los estratos medios uruguayos son relativamente resistentes al riesgo de caer en un estatus desfavorecido, ya que registran un valor de RES cercano a 0.5 (gráfica 1.8, panel superior derecho). Lo que quizá resulte más sorprendente es que los estratos medios bajos chilenos sean los menos resistentes de todos los países considerados; esto podría ser reflejo del destacado éxito de Chile en la reducción de la pobreza durante los dos últimos decenios: como resultado de ello, existe un número desproporcionadamente elevado de hogares de los estratos medios bajos justo por encima del 50% del ingreso mediano y, en consecuencia, según nuestra medición, cerca de volver a caer en la categoría desfavorecida.

Argentina, Chile, Costa Rica y México, 1996-2006

Para terminar este apartado, se examinará la forma en que la magnitud de los estratos medios y los índices de potencial de movilidad han evolucionado en el tiempo en cuatro países, elegidos tanto porque disponen de los datos longitudinales de encuestas de hogares necesarios, como por la variedad de situaciones que narran sus respectivas experiencias (gráfica 1.9).

Gráfica 1.9. Cambios en los estratos medios en el tiempo: magnitud y potencial de movilidad. Argentina

Gráfica 1.9. Cambios en los estratos medios en el tiempo: magnitud y potencial de movilidad. Argentina

Gráfica 1.9. Costa Rica

Gráfica 1.9. Costa Rica

Gráfica 1.9. Mexico

Gráfica 1.9. Mexico

Los datos recogen una sustancial reducción de los estratos medios en Argentina. Entre 1996 y 2006, los estratos medios de este país disminuyeron casi un 20%; al mismo tiempo, la población desfavorecida aumentó, mientras el estrato más acomodado permaneció inalterado. La inestabilidad de los resultados económicos durante el decenio objeto de estudio, y más concretamente la crisis económica de 2001, afectó desproporcionadamente a los grupos con ingresos más débiles y arrastró a la baja los índices de movilidad social potencial. Con todo, desde 2003, la situación parece haber mejorado para los más desfavorecidos, aunque los niveles de los índices de los estratos medios parecen inmóviles, ya sea comparándolos en su perspectiva histórica o con los de otros países.

La experiencia de Chile contrasta notablemente con la anterior, ya que la magnitud de los estratos medios de este país permaneció estable durante todo el periodo de referencia. Esta estabilidad se observa asimismo en los índices de movilidad social potencial, que registraron pocos cambios durante los años de los que se dispone de datos de encuestas.

Por su parte, Costa Rica progresó en la reducción de la pobreza y en el crecimiento de los estratos medios hasta 2007. Desde esa fecha, sin embargo, ha aumentado el índice de pobreza y han descendido los índices de movilidad social potencial. Ambos fenómenos se explican por unos resultados económicos más comprometidos, con una elevada inflación y un menor crecimiento. La resistencia de los estratos medios bajos se ha recuperado parcialmente en los últimos años, lo que parece indicar una menor vulnerabilidad para caer en la pobreza.

Por último, en cuanto a México, aunque sus indicadores subieron tras la crisis de finales de los años 1990, los insatisfactorios resultados económicos registrados desde entonces han devuelto el estatus desfavorecido a parte de los estratos medios. Éstos se han reducido, y los hogares desfavorecidos muestran una movilidad social potencial menor.