Notas metodológicas
Incorporar el valor de los servicios del Estado y el coste de los impuestos en los ingresos de los hogares suscita una serie de cuestiones metodológicas y conceptuales. Por lo general, las encuestas de hogares no contienen información sobre los impuestos o las prestaciones o, al menos, no al nivel desagregado necesario, y no existe consenso sobre el mejor medio de valorar estos servicios y distribuir el resultado entre los particulares, algo que puede incidir sustancialmente en los resultados finales.
El empleo de técnicas de análisis de incidencia está profusamente ilustrado en EUROMOD (2009) y OCDE (2008a). La labor llevada a cabo por CEPAL (2007) y el Banco Mundial (Breceda et al., 2008; y Goñi et al., 2008) constituyen también ejemplos de estas técnicas en la esfera regional. Por último, estudios nacionales como el del Ministerio de Planificación de Chile (MIDEPLAN, 2007) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México (2008) adoptan igualmente este enfoque para evaluar los resultados de las políticas reflejados en las encuestas de hogares.
La metodología que se ha empleado aquí es similar a la de esos ejemplos. A continuación, se describen las principales fuentes de información y los métodos aplicados.
Fuentes de información
Los análisis de incidencia impuestos-prestaciones se basan en diversas fuentes de información y utilizan técnicas de imputación para conjugarlas. Con el fin de estimar el impacto de los impuestos y las prestaciones, se ha empleado la siguiente información:
- Encuestas de hogares: registros individuales de la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica (CASEN) 2006 de Chile y de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2006 de México. Ambas encuestas proporcionan datos sobre los ingresos de los hogares, así como información sobre sus características económicas, que pueden usarse para imputar servicios públicos e impuestos a los particulares. En Chile, las estimaciones de los efectos del IVA y de los impuestos al consumo se han basado asimismo en la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) 2006-07.
- Declaraciones estatales y registros institucionales: el análisis cubre los servicios de salud y educación recurriendo a datos institucionales de gasto público de la Dirección de Presupuestos (DIPRES) del Ministerio de Hacienda de Chile, y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de México. Además, el impacto distributivo del sistema de salud en Chile se ha fundado asimismo en la Cuenta Satélite de Salud.
- Registros tributarios: las estadísticas extraídas de las declaraciones del impuesto individual sobre la renta constituyen otra fuente de información sobre la base tributaria. En el caso de Chile, se encargaron expresamente datos al Servicio de Impuestos Internos (SII) en relación con el número de contribuyentes, su renta estimada, su composición y los impuestos abonados por tramos de ingresos.
En términos de cobertura, el análisis abarca el 72% y el 66% del gasto social total para Chile y México, respectivamente, y en el otro lado de la balanza, el 69% y el 71% de los ingresos fiscales totales, también respectivamente.
registros individuales de la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica (CASEN) 2006 de Chile y de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2006 de México. Ambas encuestas proporcionan datos sobre los ingresos de los hogares, así como información sobre sus características económicas, que pueden usarse para imputar servicios públicos e impuestos a los particulares. En Chile, las estimaciones de los efectos del IVA y de los impuestos al consumo se han basado asimismo en la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) 2006-07.
Determinación de la carga tributaria y las prestaciones
No siempre resulta obvio delimitar los elementos que cabe imputar a los hogares. Sin duda, la asistencia sanitaria y la educación son buenos candidatos. Sin embargo, cualquier gasto público o impuesto puede ser candidato en teoría, ya que todos tienen al menos alguna repercusión directa o indirecta en las posibilidades de consumo de los hogares. A efectos del presente análisis, se ha adoptado un enfoque pragmático: la inclusión de ciertas preguntas sobre programas específicos en las encuestas de hogares ha determinado en qué medida se podían incorporar dichos elementos al análisis. Aunque en la práctica el efecto de cada elemento suele producirse a escala individual, se ha tratado como si estuviera uniformemente repartido entre los miembros del hogar.
- Transferencias en efectivo: dado que por lo general se destinan a quienes conforman los estratos de ingresos más bajos, en los países en desarrollo estos programas suelen constituir la clase de gasto social más visible. Las encuestas de hogares las abordan directamente, y nuestro cálculo ha tenido en cuenta el valor que las familias encuestadas han declarado haber recibido.
- Transferencias en especie: de acuerdo con OCDE (2008a), la incidencia de la educación se obtiene aplicando el enfoque del uso real (los beneficiarios son los estudiantes que están utilizando los servicios educativos), y la de la salud, mediante el enfoque del valor del seguro (imputando dicho valor de cobertura a cada persona, basándose en características específicas, tales como edad o sexo). Dada la ausencia de precios de mercado, se ha supuesto que el valor de la transferencia equivale a su coste de producción. Aunque este enfoque no tiene en cuenta las diferencias entre países de la calidad y la eficacia de la provisión de los servicios o la disparidad geográfica en el valor que los particulares atribuyen a dichos servicios, las hipótesis de este tipo son recurrentes en la literatura especializada (incluidos OCDE, 2008a, y EUROMOD, 2009).
- Impuestos directos: el impuesto individual sobre la renta se ha estimado para cada persona según los ingresos que ha declarado en la correspondiente encuesta de hogar, la normativa tributaria en vigor en el año de la encuesta y la información disponible sobre la recaudación fiscal efectiva en concepto de este impuesto. Algunos de los ingresos consignados en las encuestas de hogares son cifras tras impuestos. Por lo tanto, el primer paso ha consistido en calcular la incidencia de los impuestos pagados en 2006 para construir estimaciones antes de impuestos para esos elementos. En Chile, el "impuesto sobre la renta" incluye el llamado "impuesto de segunda categoría" (impuesto sobre las rentas del trabajo) y las retenciones en la fuente (o pagos provisionales); en México, este impuesto se aplica a los ingresos percibidos por el trabajo asalariado, los intereses, los arrendamientos y las actividades profesionales. Determinadas pues las rentas potencialmente sometidas al tributo, se han aplicado los tipos impositivos legales a fin de obtener la cuantía del impuesto que deberían satisfacer los particulares. Las cifras obtenidas se han comparado seguidamente con la recaudación fiscal efectiva. En el caso de Chile, se disponía de información sobre las declaraciones de renta, y el importe del impuesto que los particulares eligen abonar se ha contabilizado de la forma siguiente: se ha calculado el número de no declarantes en cada decil como la diferencia entre el número de individuos que en la encuesta de hogares disponen de ingresos suficientes como para estar sometidos al impuesto, y aquellos que realmente cumplimentaron una declaración, y se ha aplicado luego aleatoriamente a la encuesta. Por último, para los declarantes, se ha estimado la proporción del impuesto debida que los particulares han pagado realmente a partir de información en las declaraciones de impuestos, y se ha distribuido en la encuesta proporcionalmente a las estimaciones del impuesto de la renta debido.
- Impuestos indirectos: la incidencia total de los impuestos indirectos se ha estimado a partir de los efectos que los impuestos sobre el valor añadido y otros impuestos al consumo tienen en el precio de los bienes finales. Según EUROMOD (2009), la obligación tributaria total Ti para un producto i se calcula sobre la base de los gastos observados ei:

- El efecto de cada impuesto se ha construido aplicando los tipos impositivos legales y las deducciones en vigor para cada clase de producto de la encuesta y se han agregado en 17 categorías de bienes y servicios. Posteriormente, se ha ajustado la proporción de impuestos indirectos que realmente pagan los hogares a la recaudación tributaria efectiva en concepto de esos elementos que se transfiere al consumo privado, y se ha distribuido en la encuesta proporcionalmente a la obligación tributaria total. La cuantía de impuestos indirectos que se transfiere al consumo privado se ha evaluado a partir de la información de las matrices tributarias de las cuentas nacionales.
- En el caso de Chile, se ha empleado un procedimiento de concordancia para imputar en la encuesta el gasto de los hogares procedente de los datos de la EPF, sobre la base de la proporción que implicaba en el presupuesto de diversos grupos de población, identificados por la renta disponible y un amplio conjunto de variables demográficas (edad, sexo, nivel educativo, estatus profesional, y número de adultos y niños) común en ambos conjuntos de datos.
Cotizaciones de salud a la seguridad social: en México, las cotizaciones incluyen las aportadas al seguro por enfermedad y por maternidad del régimen obligatorio. En Chile, las cotizaciones se han calculado de acuerdo con la escala aplicable a los diversos grupos de salud del Fondo Nacional de Salud (FONASA), definidos por características de los hogares, tales como el nivel de ingresos o el número de beneficiarios.
Errores de medición e infradeclaración
Las encuestas de hogares y de gastos constituyen una valiosa fuente de información para la asignación de impuestos y prestaciones a los hogares. Sin embargo, la declaración sistemáticamente incorrecta de ciertas fuentes de ingresos, tales como las rentas del capital, los ingresos de los trabajadores por cuenta propia o las entradas de transferencias sociales, pueden dar lugar a una visión equivocada de la distribución de la renta y de los perfiles de redistribución.
Reconciliar los datos de las encuestas de hogares con los de las cuentas nacionales constituye un problema sobradamente conocido. La agregación macroeconómica de los datos de las encuestas de hogares presenta normalmente discrepancias con las cuentas nacionales publicadas, aun cuando las ponderaciones de la muestra estén diseñadas para representar a la población nacional. El cuadro 4.A1 ilustra la envergadura de dichas discrepancias en encuestas de presupuestos familiares de Chile y México.
Cuadro 4.A1. Comparación de las estimaciones de las cuentas nacionales y de las encuestas de hogares

Las diferencias entre las encuestas y las estimaciones de las cuentas nacionales resaltan posibles sesgos en los totales. Las encuestas de hogares tienden, en particular, a subestimar los ingresos de los hogares. Un enfoque común en la literatura científica ha consistido en ajustar los ingresos agregados de las encuestas de hogares de forma que fueran concordantes con los correspondientes elementos de las cuentas nacionales, pero no existe acuerdo sobre el mejor medio de realizar este ajuste, aun partiendo de la base de que los agregados de las cuentas nacionales son correctos. Por ejemplo, para atribuir los ingresos infradeclarados entre la población, es preciso recurrir a hipótesis, y éstas pueden representar una diferencia sustancial en los resultados, especialmente cuando las discrepancias son abultadas. La asignación de las rentas del capital constituye un buen ejemplo, ya que, en la práctica, esa renta suele registrase sólo en los hogares de ingreso alto.
Siguiendo la propuesta de OCDE (2008a), no se han efectuado aquí ajustes a los agregados de ingresos de las encuestas de hogares, y todos los cálculos se han basado en datos recopilados directamente de los registros publicados. En el caso de Chile, los datos oficiales están ya imputados mediante las estimaciones de las propias cuentas nacionales (MIDEPLAN, 2006, ofrece mayor información sobre este procedimiento), mientras que, para México, el ingreso no se ha ajustado en la encuesta. Para el lector interesado, Secretaría de Hacienda y Crédito Público (2008) analiza este particular.