Gasto en educación
América Latina ha comenzado a invertir más en educación. Tradicionalmente, el gasto público total en educación en la región ha sido bajo en comparación con el que efectúan los países de la OCDE . Esta diferencia, sin embargo, ha empezado a disminuir. En promedio, el 4% del producto regional se destina a educación, con un leve incremento desde 2000, mientras que el promedio de la OCDE alcanza a 5%. La distribución del gasto público total en educación por niveles indica que el presupuesto educativo se concentra en educación primaria y secundaria, mientras que el nivel de gasto en educación preescolar, a pesar de la baja cobertura, es cercano a los países de la OCDE . El gasto en educación terciaria es inferior al promedio de la OCDE , salvo en tres países (Colombia, Uruguay y República Bolivariana de Venezuela).
El crecimiento económico, la evolución demográfica y la participación privada explican el aumento del gasto en educación por estudiante de los países de América Latina y el Caribe. Incide, en primer lugar, el crecimiento económico de la última década, que redundó en un aumento del PIB per cápita en muchos países de la región. En segundo término, el envejecimiento de la población que trae aparejada una reducción del porcentaje de población en edad escolar (en particular, en Argentina, Brasil, Chile y México). Finalmente, el aumento de la participación privada en la entrega de los servicios educativos (en especial en Argentina y Chile) se ha traducido en una expansión del porcentaje de estudiantes en establecimientos privados, permitiendo la liberación de más recursos públicos por estudiante 16.
La reciente expansión del gasto público por estudiante (nivel primario y secundario) ha estado relacionada con mejoras en las condiciones del proceso educativo17. Desde 1990 la mayoría de los países de América Latina y el Caribe ha incrementado el gasto público por estudiante, una tendencia reforzada en la última década, aunque con un enfoque ligeramente distinto respecto de la anterior. Entre 1990 y 2000 los países elevaron la cobertura escolar (en particular en la enseñanza secundaria, dado que en la primaria era prácticamente universal desde el inicio de los noventa); gran parte del aumento del gasto en el sector se concentró en facilitar la incorporación de nuevos estudiantes, limitando la expansión del gasto medio por alumno. Por otro lado, entre 2000 y 2008 el crecimiento del gasto se ha destinado a mejorar las condiciones que inciden en la calidad del proceso educativo, como la infraestructura, el equipamiento y el material didáctico, entre otras18. Sin embargo, persiste una heterogeneidad alta entre países: en el nivel primario, por ejemplo, la inversión pública por estudiante como porcentaje del PIB per cápita oscila entre 8% (Perú) y 16% (Brasil); algo similar ocurre en el nivel secundario.
En términos de inversión pública por estudiante, los gastos del ciclo terciario son más elevados en comparación con los otros niveles educativos, como ocurre en seis países de la región (Brasil, Costa Rica, Cuba, México, Panamá y Uruguay)19. Sin embargo, este indicador ha disminuido en varios países (en particular, en Argentina, Brasil, Chile y Colombia) con una caída más intensa en los países de América Latina que en los de la OCDE. Esto se observa en parte porque, debido a la fuerte heterogeneidad en el gasto en educación según quintiles de ingreso, el gasto público por estudiante de nivel terciario es regresivo y superior a los gastos por alumno en el nivel primario y secundario.
El componente público del gasto en educación en América Latina y el Caribe continúa siendo el más significativo, aunque algunos países presentan un elevado gasto privado. En promedio, la inversión pública alcanza en la región niveles similares que los de los países de la OCDE (4%), y el sector privado cubre cerca de una cuarta parte del gasto total en este rubro (Gráfico 4.7). En promedio, en los países de la OCDE el gasto privado en educación es inferior al 1% del PIB, mientras que en América Latina y el Caribe es 1,3% en promedio, resaltando Chile, Colombia, República Dominicana y Perú.
Gráfico 4.6
América Latina y el Caribe: gasto por estudiante, entre2000 y año más reciente disponible

Box 4.4
Bono demográfico y evolución del gasto público en educación
El crecimiento del PIB y del ingreso per cápita en la última década es solo uno de los factores que ha permitido la expansión del gasto público en educación en América Latina. También ha influido positivamente en el gasto público por estudiante de los ciclos primario y secundario —considerando aquellos que asisten a establecimientos públicos— la disminución de la incidencia de los grupos de niños y jóvenes en edad de estudiar (de 5 a 19 años).
La caída del porcentaje de población en edad escolar respecto de la población total desde 27% (1990) a 23,4% (2008) ha sido como un “bono demográfico” para la regióna. Esta transición demográfica ha favorecido la expansión del gasto público en educación primaria y secundaria en las últimas dos décadas, ya que por cada dólar por estudiante potencial que se destinaba en 1990, en 2008 se destinaban 2,7 dólares.
La existencia de este “bono demográfico” para la región representa una enorme oportunidad para el fortalecimiento de la formación de capacidades de las nuevas generaciones. No obstante, es conveniente aprovechar ahora esta oportunidad, dado que la particular condición demográfica no perdurará en el largo plazo. Esta necesidad reviste mayor urgencia si se considera que son generaciones que requieren mantener altos niveles de productividad para sostener las categorías dependientes resultantes del progresivo envejecimiento de la sociedad, situación en la cual se encuentra la mayoría de los países de la OCDE, que ya completaron su transición demográfica.
Teniendo en cuenta que una fuerza laboral más capacitada puede incorporar conocimiento e innovación para impulsar un sostenido crecimiento económico, es fundamental que una fracción de los recursos liberados por este “bono demográfico” sean invertidos en el fortalecimiento de las competencias de las generaciones que recién se incorporan al mercado laboralb.
a Véanse CEPA L (2010c) y CEPA L/OIJ (2008).
b CEPA L/OIJ (2008).