Caracterización y políticas de pymes

Con políticas de apoyo adecuadas, las micro, pequeñas y medianas empresas de América Latina pueden contribuir a elevar la productividad, complementar las economías de escala de las grandes empresas, aportar en la creación de clusters en determinados sectores y reducir la desigualdad social y la pobreza. Si bien en los últimos diez años ha aumentado la preocupación por las pymes en la región, dada la importancia clave de estas en el tejido empresarial, se requiere multiplicar estos esfuerzos para romper el círculo vicioso de baja productividad y escasa competitividad en el que se encuentran. Es necesario que las políticas públicas maduren, con el fin de ser más sostenidas en el tiempo, y a la vez que sean más flexibles, para adaptarse a los cambiantes entornos externos que afectan a estas empresas. Los países deben construir las capacidades institucionales que precisa la ejecución de los programas e iniciativas. En especial, es necesario que en la concepción y aplicación de las políticas se considere la extrema heterogeneidad de estas empresas, que abarcan un abanico desde microempresas de supervivencia hasta unidades insertas en la modernidad y abastecedoras de grandes empresas dedicadas a los mercados externos.

Introducción

Las micro, pequeñas y medianas empresas (pymes) son un componente fundamental del tejido empresarial en América Latina. Su importancia se manifiesta de varias formas en la región, tales como su participación en el número total de empresas o en la creación de empleos, y en algunos países llega a extenderse a la participación en el producto. Sin embargo, si se compara la contribución de esas empresas al producto con la de los países de la OCDE se registran marcados contrastes. En torno a 70% del producto interno bruto (PIB) regional proviene de grandes empresas, mientras que en la OCDE aproximadamente el 40% de la producción es generada por estas empresas y el resto por las pymes. El elevado aporte al empleo combinado con el bajo aporte a la producción que caracteriza a las pymes en América Latina es reflejo de la estructura productiva heterogénea, la especialización en productos de bajo valor agregado y su reducida participación en las exportaciones, inferior a 5% en la mayoría de los países. El resultado es que la brecha de productividad entre los países de la región y los de la OCDE tiende a persistir en el tiempo.

Estos rezagos en productividad y capacidad exportadora son ocasionados por la elevada heterogeneidad estructural de las economías de la región. La estructura productiva de América Latina se caracteriza "por las elevadas diferencias de productividad que existen entre sectores, dentro de los sectores y entre empresas al interior de los países, muy superiores a las que existen en los países desarrollados. A esto se lo conoce como heterogeneidad estructural, lo que denota marcadas asimetrías entre segmentos de empresas y trabajadores, combinadas con la concentración del empleo en estratos de muy baja productividad relativa" (CEPAL, 2010). Este fenómeno es también una de las causas de la aguda desigualdad social latinoamericana. Las elevadas diferencias de productividad (entre sectores y entre empresas) a la vez reflejan y refuerzan las brechas en capacidades, en incorporación de progreso técnico, en poder de negociación, en acceso a redes sociales y en opciones de movilidad ocupacional ascendente durante la trayectoria de la vida laboral.

Como consecuencia de la estructura productiva, las pymes de América Latina quedan en una situación de desventaja respecto al resto de las empresas, frente a lo que requieren de políticas específicas. En la medida que las pymes no puedan superar estas dificultades persistirán sus problemas de competitividad, generando un círculo vicioso de bajo crecimiento económico, pobreza y reducido cambio estructural, cuya ruptura requiere de políticas e instituciones a la altura de ese reto de importancia fundamental para el futuro de la región (Cimoli, 2005).

En este capítulo se sostiene que no obstante los avances registrados en esta materia, las políticas de apoyo a las pymes en la región requieren evolucionar hacia estrategias de las que deriven nuevas políticas públicas con objetivos nítidos para este segmento que: i) incorporen períodos de maduración prolongados, mediante acciones coherentes y sostenidas en el tiempo; ii) construyan y fortalezcan las capacidades institucionales para mantener, coordinar y ejecutar estas políticas; iii) tengan flexibilidad para adaptarse a los cambios en las estructuras productivas, escenarios internacionales y el contexto macroeconómico, así como a las especificidades del territorio y espacios subnacionales; y iv) consideren los distintos segmentos del conjunto heterogéneo de pymes.

Acompañadas de un marco adecuado de políticas, estas empresas y en particular sus segmentos potencialmente más dinámicos, pueden erigirse en una palanca de transformación de las economías latinoamericanas, a través de los siguientes procesos:

• Contribuir a aumentar la productividad mediante la introducción de cambios tecnológicos y organizativos. De esa forma, las pymes podrían actuar como agentes que fomentan el cambio estructural, ayudando a la creación y difusión de innovaciones y el desarrollo de nuevos mercados (OCDE, 2010). Asimismo, la entrada de nuevas empresas podría aumentar la competencia, incorporar nuevos modelos de negocios que desafían los tradicionales generando una turbulencia saludable (“destrucción creativa” en términos schumpeterianos), que conlleva a la búsqueda constante de un uso más productivo de los recursos1 y contribuye al aumento de la productividad agregada de una economía (Altenburg y Eckhardt, 2006).

El ingreso de nuevas empresas al mercado puede aumentar la competencia y permitir la incorporación de nuevos modelos de negocios capaces de desafiar a los tradicionales, generando turbulencias saludables, que contribuyen al aumento de la productividad agregada de una economía.

Complementar las economías de escala de las grandes empresas. Con las ventajas en flexibilidad, las pymes pueden lograr menores costos de transacción como consecuencia del contacto cercano con clientes y la toma de decisiones más rápidas. Las pymes, en particular, quedarían en condiciones de acceder a mercados diversificados (a través de la exportación o ventas a grandes cadenas comerciales) y cadenas globales de valor, beneficiándose de las transferencias de tecnología (Dini y Stumpo, 2004).
• Desarrollar un papel importante en la creación de aglomeraciones productivas, concebidas como una colaboración entre agentes económicos e instituciones en el plano local, y cuyo propósito es la generación de un beneficio competitivo. Esta interacción permite a las empresas involucradas lograr niveles de producción más elevados, incorporar tecnologías con mayor facilidad, acelerar procesos de aprendizaje y, en definitiva, conseguir un nivel de eficiencia colectiva que no sería alcanzable por una firma individual (Ferraro, 2010).
• Contribuir a la inclusión social al aumentar los ingresos de las microempresas y reducir su vulnerabilidad. Muchas microempresas latinoamericanas se han creado como una estrategia de supervivencia debido a la falta de dinamismo de actividades intensivas en el uso de mano de obra. Con frecuencia, estos segmentos de la población no son pobres, pero integran sectores vulnerables (OCDE, 2011). Su absorción por sectores dinámicos no está garantizada, porque tomaría bastante tiempo y no necesariamente las personas tienen las capacidades requeridas. Algunas políticas de apoyo a las microempresas (como intervenciones multidimensionales relacionadas a las microfinanzas) son eficaces y eficientes para brindar herramientas que permitan elevar los ingresos y conferirles estabilidad en un contexto de redes de protección social reducidas e incompletas.

En ese capítulo se analizan las características de la inserción de las pymes en la estructura productiva de la región así como el desarrollo de las políticas de apoyo a estas empresas. El texto se ha estructurado en siete secciones. A continuación se presenta un panorama regional de las pymes de América Latina, describiendo en especial su situación de extrema heterogeneidad y baja productividad, así como su distribución por sectores y su participación en el empleo y exportaciones (primera sección). Posteriormente se analiza el entorno regional en el que actúan estas empresas, en particular, el clima En ese capítulo se analizan las características de la inserción de las pymes en la estructura productiva de la región así como el desarrollo de las políticas de apoyo a estas empresas. El texto se ha estructurado en siete secciones. A continuación se presenta un panorama regional de las pymes de América Latina, describiendo en especial su situación de extrema heterogeneidad y baja productividad, así como su distribución por sectores y su participación en el empleo y exportaciones (primera sección). Posteriormente se analiza el entorno regional en el que actúan estas empresas, en particular, el clima de negocios y la inserción en la estructura productiva (segunda sección). Se examina después la evolución de las políticas de fomento en la región para estas empresas (tercera sección). El texto describe en seguida el entorno institucional de las entidades que se dedican a apoyar las pymes, en especial su entramado y los aspectos normativos (cuarta sección). Después, se da cuenta en forma muy sucinta de los objetivos y estrategias de las políticas de fomento (quinta sección), para abordar posteriormente los problemas que presenta el diseño y su ejecución (sexta sección). El capítulo culmina con las conclusiones y recomendaciones, donde se propone una nueva visión para avanzar en una agenda de políticas públicas hacia este sector (séptima sección).