Objetivos y estrategias
Objetivos y estrategias
La función asignada a las pymes en los procesos de desarrollo se refleja en los objetivos de las políticas de fomento hacia estas empresas. Al respecto se registran diferencias entre los países de la región, que se explican tanto por el papel potencial que cada país atribuye a estas empresas, como por el marco conceptual subyacente.
Aunque la multiplicidad de objetivos para las políticas e iniciativas de apoyo a las pymes no debiera teóricamente constituir un problema, en la práctica se requiere de una capacidad institucional y coherencia de los instrumentos de políticas que no siempre está disponible en la región.
Si bien es cierto que durante las dos últimas décadas el número de objetivos asociados a las políticas e iniciativas de apoyo se ha ido reduciendo, persiste una multiplicidad de estos, que en ocasiones resulta injustificada. Teóricamente, las políticas de fomento a las pymes están orientadas hacia la generación de más empleo, exportaciones y aumentos de productividad, así como a mejorar la capacidad de innovación y la competitividad, favorecer el desarrollo de capital humano y reducir las fallas de mercado. En algunos países de la región se agrega también la promoción del desarrollo regional. Este variado abanico de fines no se presenta simultáneamente y en todos los países. En ciertos casos hay tres o cuatro objetivos; por ejemplo en Ecuador y Colombia (Burneo y Grijalva, 2010; Zuleta, 2011). Pero también en otros países se quieren lograr hasta seis o más metas al mismo tiempo. Es la situación de Brasil, Chile, El Salvador y México (Belmar y Maggi, 2010; Pessoa de Matos y Arrojo, 2011; Cabal, 2010; Brown y Domínguez, 2010). Si bien la asunción de múltiples objetivos no tiene por qué constituir un problema, en la práctica requiere de una capacidad institucional y una coherencia entre instrumentos de política que no siempre está disponible en América Latina.
Paralelamente se registran problemas en cuanto a la priorización de objetivos. En algunos casos, persisten las dificultades para priorizar fines en las instituciones encargadas del diseño y la aplicación de las políticas. Generalmente, la creación de empleo y la búsqueda de competitividad figuran entre los objetivos primordiales. Sin embargo, la mejoría de la competitividad solo en ocasiones es definida como un objetivo claro y unívoco. A veces se refiere a la búsqueda de una mayor inserción de las pymes en los mercados internacionales y nacionales (sustituyendo importaciones). Se plantea de forma explícita e implícita la potencialidad de estas empresas para participar activamente en el desarrollo del conjunto de la economía. En otras oportunidades, el mejoramiento de la competitividad es sinónimo del fortalecimiento de las pymes para “sobrevivir” en contextos de gran apertura de los mercados nacionales (Kulfas y Goldstein, 2011).