El capítulo temático se centra en un sector crítico para el desarrollo de América Latina, teniendo en cuenta los retos estratégicos y las oportunidades de futuro para la región. La presente edición del informe Perspectivas económicas de América Latina analiza en profundidad los vínculos económicos entre la actual transformación de China y el modelo de desarrollo de América Latina.

La nueva normalidad china: ¿qué significa para América Latina?

La profunda transformación socioeconómica de China implica desafíos pero también abre oportunidades para el desarrollo de América Latina. China está implementando una ambiciosa agenda de desarrollo para mantener un papel de liderazgo en la economía mundial y evitar caer en la trampa del ingreso medio. La denominada “nueva normalidad” supone una transición del crecimiento caracterizada por mayor consumo interno, el envejecimiento demográfico, la consolidación de una clase media urbana y un desplazamiento hacia industrias intensivas en conocimiento y tecnología.

Según proyecciones de OCDE/CAF/CEPAL, para 2030 las exportaciones promedio tanto de metales como de combustibles fósiles podrían caer del 16% en la década del 2000 a un 4%, y las de productos alimenticios del 12% a 3%. Al mismo tiempo, la recomposición del consumo chino abrirá nuevas perspectivas para las exportaciones latinoamericanas, especialmente para la industria alimentaria, los servicios y el turismo. Los países de América Latina deben modernizar su sector agrícola así como los servicios intensivos en conocimiento y tecnología para mejorar la participación de la región en las CGV.

En 2030, China tendrá más de 200 millones de ciudadanos con educación terciaria, duplicando a América Latina (90 millones).

El diseño de una estrategia efectiva en educación, competencias e innovación será esencial para ponerse a la altura del fortalecimiento del capital humano chino. De hecho, 1 de cada 2 estudiantes chinos de educación terciaria se matriculan en programas relacionados con la ciencia y la tecnología (STEM), frente a sólo 1 de cada 5 estudiantes latinoamericanos.

Desde 2010, los créditos concedidos por China a América Latina alcanzaron los 94 mil millones de dólares, convirtiéndose en el principal prestamista de la región.

La profundización de los vínculos financieros es el próximo paso para el fortalecimiento de la asociación con China. Desde 2010 China ha tenido una fuerte presencia como prestamista e inversor en la región. La inversión directa se ha centrado en las áreas de telecomunicaciones, energía eléctrica, tecnologías verdes y tierras. Es probable que estas iniciativas continúen en el futuro teniendo en cuenta la estrategia a largo plazo de China, y que se amplíen a otros sectores como la industria manufacturera, la innovación científica y tecnológica. Todo ello debe ir acompañado de transparencia y regulación.

Los acuerdos comerciales y las plataformas regionales pueden reforzar la estrategia de integración con China.

La voluntad china de estrechar vínculos con América Latina plantea la necesidad de un mecanismo de coordinación. Las plataformas ya existentes, como Mercosur y la Alianza del Pacífico, podrían desempeñar este papel, canalizando los beneficios hacia retos como la infraestructura intrarregional. Asimismo, podrían ayudar a reforzar disciplinas en áreas clave para la integración, incluyendo estándares internacionales de regulación.

La construcción de una asociación en la que todos ganan exige un esfuerzo coordinado. China puede beneficiarse de contar con un socio comercial fiable y un destino atractivo para diversificar sus inversiones. Sin embargo, América Latina tiene que dotarse de mejores normativas y regulaciones, y mostrar un mayor compromiso por la sostenibilidad medioambiental, la transparencia y el buen gobierno. Al tiempo que China necesita comprender los retos que enfrenta América Latina, la región debe adaptarse desde ahora para poder maximizar estas oportunidades en el futuro.